El panga, un pescado ‘low cost’ que se ahoga en su mala fama

1. ¿QUÉ ES EL PANGA?

El panga es un pescado de agua dulce que se cría habitualmente en granjas de acuicultura. Puede llegar a pesar 45 kilos y medir más de un metro, y se ha popularizado mucho en los últimos años debido a su precio asequible y a la ausencia de espinas en los filetes. Es muy frecuente en menús de hospitales y colegios.

2. ¿DÓNDE SE CRÍA?

Su hábitat natural se encuentra en ríos y lagos del sureste asiático, sobre todo en Tailandia y Vietnam, aunque prácticamente todo el panga que llega a nuestros mercados proviene de la cría en acuicultura en Vietnam, productor del 90% del panga que se consume en todo el mundo alimentado en el lejano río Mekong. Aproximadamente 1,55 millones de toneladas de pescado al año.

3. ¿CÓMO SE VENDE?

Habitualmente se vende en supermercados en forma de filetes a precio muy barato. El precio es muy asequible porque rinde muy bien en granja, y engorda en poco tiempo.

4. ¿CUÁNTO SE CONSUME?

En los últimos años, el consumo de pescado panga ('pangasius hypophthalmus') se ha disparado en España, que es el primer importador y consumidor de Europa, y en el resto del continente. La importación de panga a Europa crece a un ritmo del 60% anual.

5. ¿ES PELIGROSO COMER PANGA?


Diversas asociaciones han denunciado el supuesto riesgo para la salud que acarrea comer panga, ligado a factores como que en su crianza son habituales los suplementos con antibióticos y polifosfatos para que el pescado gane peso y glaseado. Al consumidor tiene una percepción negativa del panga. Esa percepción puede tener que ver con las condiciones en que se produce este pescado en el rio Mekong en Vietnam. Celia Ojeda, responsable de océanos de Greenpeace España, explica que en un rio “ya muy contaminado”, el panga “genera más contaminación, por las heces de millones de animales concentrados y por los antibióticos que se usan”. Además, sostiene que esta cría afecta a espacios protegidos como los manglares y critica las condiciones “a veces de esclavitud” de los trabajadores de estas granjas. Por ello, califica de “correcta, valiente y positiva” la decisión de Carrefour, que ha decidido dejar de venderlo en Bélgica, Francia y España por razones medioambientales.

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